(Por Julián Lewkowicz) - Como dice la canción: “Todo tiene un final, todo termina” y así fue como los trigésimos Juegos Olímpicos de Londres 2012 concluyeron. En el último día, desde el Estadio Olímpico de Londres de la capital inglesa, la cita olímpica se despidió con una gran fiesta de cierre. Fue una ceremonia que tuvo el lema de homenajear los mejor de la música pop-rock británica en la cual actuaron distintas estrellas como The Who, George Michael, Spice Girls, Muse, Queen, Ray Davies (Kinks), Oasis y Kaiser Chiefs entre otros, sumado a una gran puesta de escena plena de ritmo y escenarios continuamente cambiando.
Durante la noche hubo varios momentos inolvidables, entre ellos está el recuerdo que le hicieron a John Lennon, cantando su emblemática canción “Imagine” y en el centro del campo montando una imagen de él expresamente por su viuda Yoko Ono.
También no faltó el reconocimiento para Pink Floyd. Junto con el baterista de la banda Nick Mason y cantado por un cantautor inglés tocaron una de sus mejores canciones: “Wish You Were Here”.
Como no podía faltar, las Spice Girls aparecieron en el estadio en cinco taxis al estilo de los que hay en el país. El grupo femenino británico más famoso de todos los tiempos, se juntaron para esta ocasión ya que hace cuatro años que están separadas. Luego Liam Gallagher recreó una versión acústica de una de sus mejores temas de su ex banda Oasis, “Wonderwall”.
Otra de las bandas locales Muse interpretó el tema oficial de Londres 2012: “Survival” y como broche imágenes animadas de Freddie Mercury jugaron con el público del estadio. A continuación el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor se despacharon con la cruda Brighton Rock para tocar la inmortal “We Will Rock You” con la vos de Jessie J.
Como pasa en toda ceremonia de cierre, se entregó la posta a Río de Janeiro 2016. Brasil convirtió el London Olympic Stadium en un carnaval con la participación de 225 bailarines, luego de que sonara el himno y de que el alcalde Eduardo Paes recibiera la bandera olímpica. La fiesta brasilera duró ocho minutos y tuvo la aparición de Renato Sorriso, un barrendero famoso en Río porque cada año baila en el carnaval carioca mientras pasa la escoba por el Sambódromo en los descansos de los desfiles de las escuelas de Samba. El musical llamado “Abrazo” simboliza el lema de los próximos juegos olímpicos y contó con la presencia del gran Pelé.
En el final y en presencia de todos los atletas y los abanderados de cada país (que en nuestro caso fue con Sebastián Crismanich, única medalla de oro) el fuego del pebetero olímpico se apagó y detrás de el apareció la figura del fénix que resurgió de las cenizas del fuego sagrado que volverá a prenderse en cuatro años, cuando Río de Janeiro nos abra las puertas.
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